Quinta taza, la sinfonía de la naturaleza humana
Dormí un par de horas para evitar el colapso nervioso. Me sentí un poco solitario al despertar. Sin embargo, no espero ahora ni pronto encontrar afecto alguno que cambie eso. Debo ser fuerte así como están las cosas. De cualquier modo, prepare un mokaccino, para comenzar bien el día. Eran a penas las cinco y media de la mañana, pero aun había cosas por hacer. Debía despejar mi mente. Alguien tenía asuntos más urgentes que yo.
Era una suerte disponer de ese cómodo espacio, aunque fuese temporal. La madrugada paso presurosa en ese lugar, sin muchos recuerdos o malos pensamientos. Ya eran las siete de la mañana y él golpeó a mi puerta. Un joven de lentes y que ocultaba parte de su apariencia bajo una oscura boina entró y saludo formalmente: “Buenos días, Lance”. Luego se dirigió a mi pequeña mesa en la sala de estar. James era una persona que siempre realizaba las cosas de la manera más directa posible. La mesa estaba lista. Hoy jugaríamos una partida de poker. Solo tenía tres manos, era de lo único que disponía en tiempo y herramientas para convencerle de ser la defensa de Paul. Bien, Comencemos – dijo. La primera fue bastante tensa, sin embargo, en el último momento conseguí que se retirara. En realidad, no había mucho propósito para el juego, pero si para expresar lo que debía ver en mi. Sinceridad. Me pidió que reveláramos las manos. El disponía de dos pares. En cuanto a mí, el cambio de cartas me aventajó con un improbable poker de ases. La segunda mano fue un tanto distinta, fue bastante mala. Al subir la apuesta, le igualé. Tal vez es una movida muy negativa para el juego, más positiva para mis intenciones. Una casa completa derrotó a mi pobre par que yacía en mi mano. No me rindo ante la adversidad, sin importar cuanto pueda perder, si la situación lo amerita. Mientras barajaba los naipes para la tercera mano, me detuvo y dijo: no te preocupes, yo lo defenderé – con bastante solemnidad por cierto. James es una persona confiable y bondadosa, pero primero debes probarle que tu lucha es justa, y por un buen fin. De todas formas, así fue como Paul obtuvo a su abogado defensor.
Aun no se los detalles sobre el caso, mas aun es algo temprano para eso. Luego de despedirme de james, quien partió a su oficina, me dirigí a la corte donde sería el juicio. Quedaban tres largas horas antes del juicio. En el camino, el cual realice a pie por las solitarias calles de Londres en la mañana, me encontré con Alice. Me saludo, pero sus ojos reflejaban una mezcla de dolor y enojo. No supe con seguridad cual era su respuesta, ni tampoco si alguna vez habría alguna. Sin embargo, me despedí y remonte camino con prisa. Ahora había otra cosa en la que pensar y por la cual luchar. En ese momento, entendí algo importante. Quizás mi cuerpo no pertenezca a ningún lugar, quizás nunca lo haga, pero con mi alma es distinto. A pesar de todo, pertenece a las personas con las que he partido caminos, que aunque estuvieron lejos, siempre estuvieron ahí. La fragancia del oscuro café seguía ahí, con su dulce amargura, pero esta vez, generaba cosas que no estaban en el. Fuerzas. Inspira momentos y debilidades, pero las debilidades se hacen fortalezas, y los momentos se convierten en la razón de nuestra existencia.
Llegué a tiempo para ser informado. A Paul se le imputaba la muerte de su ex novia, Marie. Aun no conozco quien será testigo, ni tampoco la situación. Sin embargo es cuestión de tiempo, las primeras cartas ya están en juego. Aun creo poder jugar un papel en esta historia. Estoy seguro que todo saldrá según deba ser. No importa cuánto trates de ocultarlo. El verdadero aroma del café siempre está ahí, no importa con que lo acompañes.
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