lunes, 17 de octubre de 2011

Fuegos artificiales, Epílogo de melodías

El tiempo transcurre rápido para los ojos de inmutables y numerosos robles, presentes en el parque que rápidamente se aglomeraban en los amplios espacios alrededor de la pileta y los columpios, todos ansiosos y expectantes a los fuegos artificiales que darían comienzo a un nuevo año. Sería sin duda una fecha especial, y a la vez muy distinto al resto, donde Alison acompañaría al alcalde en el discurso de las festividades, para pedir un minuto de silencio, en luto y respeto del difunto héroe que le salvó de un par de delincuentes hace tiempo.

Mientras trascurría la tarde, otra chica, llamada Charlotte, se sentó en un banquillo cierta distancia de la muchedumbre, sonriente, mientras tomaba de la mano a un chico, que parecía muy risueño y alegre mientras contaba uno que otro chiste. Luego vino el silencio y la chica comenzó a contemplar el hermoso atardecer que anunciaba la víspera del año nuevo.
―Ha pasado mucho tiempo desde la última vez que vine aquí ―dijo la chica―. Esperaba que fuera un tanto agridulce estar aquí, pero el año que ha pasado y el esplendor del verano no podrían hacer este lugar mejor ― añadió, recostándose en su hombro.
―Es hermoso en verdad, aunque tú lo haces mejor para mí ― Le respondió Ángel.

Un Chico se aproximó hacia el lugar, y se sentó en la hierba recostando la espalda en un árbol. Éste vestía de negro, con el cabello algo desaliñado, y traía un audífono puesto en uno de los oídos. Parecía perdido y absorto en un cuadernillo, que miraba fijamente. Además, a simple vista, carecía de cualquier espíritu festivo, o de espíritu alguno, de hecho. A Charlotte le pareció extraña la aparición de tal chico en un lugar tan lejano a los puntos de encuentro del parque, así que lo vio de reojo.
― ¿Ocurre algo? ―le susurró Ángel al oído.
―No es nada. Solo tengo la impresión de haber visto a ese tipo la última vez que estuve en este parque ―lo analizó un tanto con la mirada ―. Sin embargo, luce un tanto distinto, aunque quizás sea solo mi impresión ―después se ruborizó, al darse cuenta de que hablaba en voz alta y que el sujeto levantó la mirada hacia ella y se puso de pie.
― No es tu impresión ―dijo el lúgubre joven, con un tono oscuro y serio, aunque bastante forzado ―, recuerdo haberte visto en el parque hace medio año, la vez anterior que vine al parque. Y sí, he cambiado un poco, aunque tú tampoco luces exactamente igual ―dijo, un poco más calmo ―. Oh, Disculpa mis modales, mi nombre es Evan.
―Disculpa, no quise interrumpirte ―replicó algo nerviosa ―. Mi nombre es Charlotte, mucho gusto ―y luego dio paso a que se presentara su novio.
―Mi nombre es Angel, mucho gusto igualmente ―dijo alegremente ―. Disculpa si te molesto que habláramos de ti.
―Oh, no es molestia, tal vez os arruine el hermoso paisaje ―dijo Evan cortésmente.
―Nada de eso, te lo aseguro, bueno, ya que nos hemos conocido, porque no nos cuentas que te trae por aquí ― preguntó Charlotte con evidente curiosidad.

Evan narró lo que había ocurrido hace unos meses, en esa tarde que despidió al otoño y dio la bienvenida a un nevado invierno. En tanto Charlotte también le puso al tanto de la triste situación que había pasado en el parque, y como las cosas habían cambiado constantemente, hasta que llegase a conocer a su actual novio. El sol se fue escondiendo lentamente y el cielo ya se tornaba azul. Las estrellas llenaban copiosamente el cielo y el parque terminaba por repletarse con los curiosos vecinos de los alrededores. La conversación siguió apacible, hasta que una pregunta llenó el lugar de un aura muy tensa.

― ¿Si tienes tan malos recuerdos y no te sientes bien, porque te convenciste de venir aquí hoy? ― resolvió Charlotte.
―Vengo a despedirme, hay un ambiente muy festivo, pero lo que celebramos es un adiós, hay personas que para mí no existen ya… he decidido departir camino de esas memorias. Aún más importante, es el último adiós a la emotividad y alegría que alguna vez vivió en mi ―Evan se levantó y les dio la espalda por un momento, luego de haber dicho esas palabras con una franca y pesada oscuridad, luego les dio una mirada por sobre el hombro ―. Ha sido un gusto, tal vez nos encontremos más tarde, por ahora, me despido ―y entonces caminó lentamente acercándose hacia la pileta, ya que poco más delante de esta se encontraba el escenario donde se presentaría el alcalde y también Alison, particularmente Evan estaba interesado en ese luto, ya que sentía que era algo que el también necesitaba vivir.

Había muchas sillas acomodadas en el contorno de la pileta y la gente se había sentado para oír el discurso. Evan tomó asiento en la segunda fila, al lado de una chica de pelo largo. Delante se encontraban el alcalde y Alison. Se limitó a contemplar el entorno girando la cabeza. Diviso Charlotte y su novio un par de filas más atrás. En ese momento, la chica a su lado le miró de reojo, como si estuviera tratando de distinguir algún rasgo. Y en efecto, si lo había visto ya alguna vez por el parque, caminando sin rumbo ni prisa, carente de voluntad. Aunque cambiado físicamente, su mirada había permanecido congelada en el tiempo. Lo siguió observando hasta que este le dirigiera la palabra, ya que así podría conocer al único otro individuo que apareció en el parque esa noche nevada.

―Disculpa, ¿nos conocemos?
―No realmente… ―reconoció algo nerviosa ―, pero recuerdo haberte visto caminando un día en el parque, un día muy especial para mí. Tenía curiosidad de conocerte. Tal vez parezca tonto, pero luego de verte hablar con esa chica coincidió con un arribo inesperado para mí. Quizás no tiene conexión, pero puede también que sí.
―entonces tú fuiste quien presenció mi última conversación con Scarlet ― respondió cabizbajo ―. Pero bueno, si asumo bien e imagino que clase de arribo tuviste, entonces quizás haya alguna conexión, quizás sea parte del equilibrio de la vida.
―Disculpa, no quise traerte malos recuerdos. Mi nombre es Chiara, mucho gusto.

―Soy Evan, un gusto igualmente ―dijo con su típico tono imperturbable ―. Es curioso… eres la segunda persona que me reconoce desde esa vez en el parque.
―increíble que un mismo lugar y día puedan marcar a tantas personas, y de maneras tan distintas.

En ese momento, la chica del asiento delantero a ellos se volteó e integró a la conversación espontáneamente, aun esperando a que iniciaran las actividades propias de la festividad.

―No saben cuan cierto es eso. Un día basta, incluso, un segundo, para que cambie… para que te arrebaten un ser querido ―dijo quebradamente, pero luego suspiró y lucio un poco más aliviada ―. Soy Alison, quien realizará el pequeño recuerdo a Sebastian.

Luego de haberse presentado, y haberse percatado que todos habían estado la misma noche en el parque, Alison confesó que no se sentía preparada para realizar lo que debía sola, por lo que pidió a Evan que la acompañara y dijera algunas palabras, y le pareció el más indicado dada su peculiar forma de hablar, luego de escucharlo conversar. Para ese entonces, ya estaba oscuro y faltaba apenas una hora para el comienzo de un nuevo año. El alcalde entre tanto había comenzado las festividades, y estaba ya descendiendo del pequeño escenario para que Alison subiera. Tras ella subió Evan algo nervioso, pero con su rostro aun inmutable.

―Tal vez pocos o ninguno de ustedes conoció a Sebastian. Pero hoy estoy aquí para pedirles un minuto de silencio por él. Es lo menos que puedo hacer, ya que él se arriesgó y finalmente pago con su vida evitar que fuera atacada por unos delincuentes… Y porque es el único que quise tener junto a mí ―luego de eso, se quebró en llanto. Evan tomo su lugar en el podio desde el que hablaba Chiara para poder continuar.

―Han pasado 6 meses, pero el tiempo no puede borrar por si solo nuestras acciones. Nunca conocí a Sebastian, sin embargo, es imposible que no entienda el dolor de Alison. Día a día las personas pasan por este parque, con o sin motivos, algunos lo ocupan como parte de sus trayectos cotidianos, otros viven momentos especiales aquí. Lo que no cambia es que todos los que hemos estado aquí dejamos un poco de nuestro ser en este lugar ― dijo emotivamente pero aun sereno ―, y otros, dejan todo su ser. Tal vez, estas sean como pequeñas melodías, a la vista insignificantes, pero juntas día a día componen la sinfonía que da vida a este lugar. Ahora os pido un minuto de silencio, en memoria de quien dejo todo su ser aquí.

Apagaron las luces del escenario y solo los faroles del parque iluminaron al solemne público que apenas respiraba. El alcalde toco diez veces una pequeña campana. Luego de ello, al volver a encender las luces, Evan seguía en el podio, y a su lado estaba Alison, que al parecer le había pedido concluir el momento.

―La oscuridad es parte del mundo, no puede destruirse. Sin embargo, la luz también es parte de este. Desde el inmenso brillo del sol hasta el palido resplandor de una luciérnaga, pueden traer al mundo toda la alegría que la oscuridad consumió. Cada día es un nuevo mundo, que debe ser vivido.

Luego descendieron del escenario, entre algunos aplausos. Alison agradeció las palabras, y apunto que aunque eran simples, en cierto modo le daban ánimos de empezar a vivir otra vez. La medianoche estaba a unos minutos. Al bajar del escenario Chiara, Charlotte y Angel estaban esperándolos.

―No imaginé que alguien que pareciese tan desencantado de la vida pudiese decir palabras tan inspiradas ―le felicitó Charlotte.
― Tal vez si había una razón para habernos encontrado hoy, quienes estuvimos aquí ese día. ―agregó Chiara.
―Supongo que de una u otra manera todos hemos enfrentado a la luz y a la oscuridad en este parque, y cada quien hizo de sus sentimientos una melodía que de algún modo nos conecta a todos ― concluyó Evan algo más relajado.
―Siendo así, hoy compartiremos una luz de un nuevo comienzo, ¿no es así? ― les dijo Alison.

Pero entonces, su conversación fue interrumpida por el coro de voces que llevaba la cuenta regresiva al inicio del año nuevo. Cuando llegó, la gente emocionada vitoreo y saludo a sus seres queridos. En tanto, los cinco jóvenes fueron a sentarse en la hierba un poco alejados de la muchedumbre y se sentaron a observar los fuegos artificiales. Llamas de múltiples colores iluminaron el cielo, y todos de alguna manera se sintieron regocijados, como si la oscuridad de su interior también fuese adormecida por esa luz. Así es como los corazones dejan sus sentimientos como melodías, persiguiendo las luces que les guían, así se enlazan los caminos, escribiendo lo que llaman destino.

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Haber, por donde empiezo. primero, mis disculpas por dejar abandonado el blog por tanto tiempo, sin embargo, se me ha hecho complicado llevar el ritmo de escritura dado la estresante irrregularidad de la vida. En fin, este mes habrán varias actualizaciones. partiré por esta que es el 5to y último escrito de "Luz, melodía y corazón". decidí romper un poco el esquema y traerles un epílogo para esta historia, así que podría considerarse mi primera obra de más de un cuento/capítulo que he completado. En el menú de la derecha como podrán ver hay una sección para estos cuentos, por si desean leer la colección completa. estos, en orden serían Velas de Atardecer, Eco de Luciernagas, Lluvia de Cristales y Destellos de Fuego.

Ahora pasando a las noticias, con la decisión de facebook de admitir subscriptores para mensajes públicos he decidido que ocuparé esta herramienta para actualizar sobre actualizaciones del blog. así que os dejo mi dirección, para quienes deseen subscribirse. http://www.facebook.com/linkinboss . Finalmente, mis saludos afectuosos a quienes han estado esperando que actualize el blog, y también como siempre a quienes me han ayudado en su confección y publicidad. Hasta la próxima!

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primi ( con eso te digo todo quien soy xD ) te quedó de pelos como dirian los mexicanos... supiste hacer un buen enlace entre los cuentos anteriores, para obtener un final... un final comienzo... bueniisimo!! te felicito!!! =) y ... Ojala varios más puedan leer esta miini-colección .

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