El vino descendía lentamente a la copa, reflejando innumerables años de trabajo y guarda. Esta copa de perfecta tallada y la amarillenta iluminación de los candelabros hacían parecer a tal recipiente un macabro cumulo de sangre, el cual era vertido por un joven de elegante vestir blanco, de un inexistente color tanto en su corta y puntiaguda cabellera, como en su piel, y apenas era coloreado por ojos de un intenso y congelante azul. La habitación, de pálidos tonos y antigua mueblería albergaba a dos personas maniatadas, sentadas frente a frente en lados opuestos de la habitación. El joven tomo la copa con su mano izquierda y la agitó lentamente, mientras entonaba la voz para hablar.
―Habéis llegado aquí de trivial manera, debo decir ―dijo fríamente ―, uno por huir de mi justo juicio, tratando de ocultar su traición, y el otro, buscando enfrentarme testimoniando en mí contra ― miró severo a ambos, antes de dar una probada a su copa. Ellos solo se limitaban a guardar silencio mientras contemplaban la simétrica y lujosa habitación, hasta que el incoloro chico decidió proseguir, al terminar temporalmente los asuntos pendientes con su copa ―. Mas no hay mirada que se escape de este juicio, ni dolor impago para este veredicto.
Al terminar de hablar Tomo una espada, apoyada desde un muro, y la empuñó con la mano derecha. Era una impresionante hoja plateada con una empuñadura adornada con amatistas, y con la luz brillaba cual tenue aurora boreal. Camino hacia el primer prisionero, dejando antes su copa en un pequeño mueble, y apunto al corazón de este.
―Acepta esta justicia y verdad, pero primero, comprueba el dolor de no poder seguir tu andar, que en realidad es cortado por tu propio mal ― con crudeza, le levanto del asiento, aun maniatado, y corto su pierna izquierda con un solo sórdido espadazo.
El lugar fue inundado por un estrepitoso alarido, mientras el otro prisionero no cabía en su asombro. El joven se limitó a recurrir a un pocillo con sal apoyado convenientemente cerca y derramarlo sobre la herida para evitar el desangre de su víctima. Luego, comenzó serenamente a limpiar la hoja de su arma, sin prestar atención ni inmutarse por los alaridos que se agudizaban a cada momento. Entonces, volvió caminando lentamente a su víctima, mientras la luz se comenzaba a opacarse.
―La luz se acaba, el telón se cierra, y finalmente, ¡tu vida se apaga! ―proclamó mientras la luz se apagaba y la plateada espada descendía a sentenciar un final. Hubo solo un último destello de luz, y luego, un estrepitoso ruido de metales. Las velas de la antigua estantería se encendieron… para sorpresa de los presentes, una espada dorada, con una empuñadura de esmeraldas. El resto de velas en la habitación se encendió. El joven quedo petrificado frente a la macabra sonrisa y el fuego de los ojos carmesí que lo miraban fijamente ―Kettil… Como te atreves a interrumpir mi veredicto, la solemne desesperación de nuestra verdad ― pronunció, mirando fijamente a quien se erigía frente él… un joven de trigueña tez, y teñido completamente de negro en su vestir y en su cabello, siendo un antagónico espejo de éste. Recibió como respuesta una retorcida sonrisa y un ceño fruncido como respuesta.
―Stribog, como osas agruparme en vuestra cegada justicia, corrompida por la ira ―replicó, mientras con otro espadazo apartó la espada del blanquecino joven, retándolo a duelo. No dijo ninguna palabra al respecto, sino más bien contraataco tan pronto como le fue posible. Espadazos iban y venían, sin cesar, hasta que en un golpe, desarmo a Kettil, con un certero golpe cerca de la empuñadura.
―¿Ahora que harás?, ¿destruirme?, pues no puedes, tu y yo somos uno solo ― dando un paso hacia adelante.
―¿Uno solo?, mi aborrecible amigo, tú no eres más que un pequeño fragmento de mi ― y diciendo eso, Kettil con su mano libre tomo su ojo derecho, y que sorpresivamente, resulto ser un ojo de vidrio, y lo saco forzosamente mientras apretaba los dientes ― Adiós Stribog… fue un placer hacerte desaparecer… ― y diciendo eso, en un rápido desenlace hizo desaparecer la hoja de la espada a través del pecho de su adversario. Luego, con sus manos tomo el ojo derecho de él, el cual fácilmente cedió, y lo insertó en su respectiva cavidad ocular ― este es el momento. Tú, prisionero por voluntad, que viniste aquí a pelear, te libero de tu juicio, que tu rencor desaparezca, así como lo hacen tus cadenas ― en eso, este prisionero se vio liberado, y huyo por la puerta sur de la habitación, mientras, el ojo recién insertado aun emanaba vapor, y al parecer ardía. Y en cuanto a ti… ― dirigió la mirada al prisionero aun en el suelo, que ya había cesado en sus gritos.
―no puedo andar, no tengo las fuerzas para reponerme, ¿para qué voy a luchar?, acaba con tu juicio ―pronuncio sufridamente el desvalido cautivo.
― has traicionado, y has pagado con tu caminar ― dijo lenta y profundamente ―Si tu voluntad es tomar esa consecuencia como resultado de tu actuar, he aquí tu despedida ― y diciendo eso blandió su espada, desprendiendo la cabeza de dicho prisionero. Silente, y con pesar se retiró de la habitación por la puerta sur, pero antes se llevó consigo la copa de vino.
Luego vino un momento de oscuridad. Sebastián caminaba a lo largo de un angosto y estrecho pasillo, lleno de muchas puertas y a penas iluminado. A poco andar vio a un lúgubre chico que le miro con una mirada resignada, tanto con el ojo rojo, como con el azul.
―Ten ―pronunció Kettil lentamente ―, no me quedan fuerzas, pero ya lo atrapé ―mordió su dedo, e hizo caer una gota de sangre en la copa, para luego entregársela a Sebastián, que había estado ensimismado desde que le vio ― bébela ―y diciendo esto, los ojos de Kettil se apagaron hasta un castaño oscuro, y al caer de rodillas, este se desvaneció como el polvo en el aire.
Sebastián bebió la copa sin vacilar, estaba frio como un glaciar, y sin embargo al descender por su garganta, quemaba el infierno. Luego del brusco trago, calló estrepitosamente al suelo. La próxima vez que abrió sus ojos estaba acostado en una cama, en una clara habitación. Sintió un vacío en su interior, que helaba y quemaba a la vez. Sin embargo, no pudo meditarlo por mucho tiempo. Al poco tiempo escuchó un cálido grito: “¡levántate!, es tarde, o sino llegaras atrasado”.
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Hace tiempo que no me había dado el tiempo de terminar un escrito, esta vez traté de trabajarlo un poco, y dedicarme a algo un poco fuera de lo usual a lo que hago. ahora bueno x) aprovecho de dar algunas noticias del blog. ahora que he pulido un poco mis habilidades con los diálogos, pretendo re-trabajar los textos escritos aqui, especialmente la novela en la cual los diálogos son más complejos y a veces se perdían un poco. en fin, saludos a mis lectores asiduos, y especialmente a mis amigos con los que he compartido últimamente, :P Paulo y pipe, a los chicos del fans club de Linkin Park, Davis, Ruth, Myriam, Tamy, :) para mis amigas gemelas, Kta e Icha, para mis amigos de Concepción, y uf, ;) también para mis neechan. mandaría más saludos, pero probablemente jamás acabaría. pronto cuando edite apropiadamente los textos, posteare una noticia de actualización (finalmente xD).
1 comentario:
Siendo las 22:01 del 30 de Enero del 2012 digo que:
Siendo las 5 am del 30 de Enero del 2012 (porque desperté de un sueño sin mucho tuto) había leído este cuento y comentado, pero el iPad nunca me cargó la posibilidad de loguearme, así que re posteo.
Me gustó bastante el cuento! El final abierto lo hace más misterioso. Me imagino que puede tener varias interpretaciones... creo que mi pobre mente llegó a un par XD.
Tengo detalles técnicos, pero como soy un gran amateur de la escritura, sólo son ortográficos :P
Tán sin tilde:
-> cúmulo
-> éste ("apuntó al corazón de éste")
-> aún (del asiento, aún maniatado)
-> aún (prisionero aún en el suelo)
-> "¿Cómo te atreves a interrumpir mi veredicto?" (falta el tilde y los signos de interrogación).
-> Lo mismo que lo anterior en "¿Cómo osas agruparme en vuestra agruparme en vuestra cegada justicia, corrompida por la ira?"
-> "tú y yo somos uno solo"
-> "fragmento de mí"
Tengo una duda... hay varios verbos, como "tomo, levanto, corto, quedo, contraataco, saco" etc que tán sin tilde... es a propósito para que suenen como en primera persona y en presente? Sino, les falta el t
ilde a varios otros más también, como "resultó, pronunció", etc.
"En mi contra" -> ese "mi" es sin tilde.
"SE comenzaba a opacarSE" -> hay una repetición del "se" innecesaria ahí.
"Adiós, Stribog" -> faltaba la coma :P.
"Apenas iluminado" -> el "apenas" está separado.
"Si no llegarás atrasado" -> "si no" está junto.
Bueno, eso, espero que no te incomoden mis correcciones ^^U.
Y por cierto, sobre la traducción de la frase que me preguntaste que había posteado en facebook, no te contesté allí porque no estaba segura, pero yo creo que dice algo como "El día en que lloramos, lo olvidaremos" (aunque según la traducción de google es todo lo contrario es como "no olvides el día en que lloramos").
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